Ras, ras
Publicado por
Sira
/ 12:02 /
Lápices, goma, sacapuntas, hojas, bocetos, torso, busto, rayas, curvas, líneas. Hojas por el aire, el sonido del incansable lápiz, el rasgar de la mina en el papel, bolas de papel. Ya no descansa, algo la posee, ella ya no manda, ella ya no decide, ella ya no es ella. Algo la domina, algo que ella desconoce, algo demasiado fuerte como para que pueda escuchar la voz de los que la llaman. Un deseo irrefrenable y un miedo a la vez: el de no querer olvidarle. Se ha aferrado al pasado de tal manera que sólo vive para lo que fue pero ya no es, para lo que existió pero no volverá jamás. Teme olvidarle. Teme no volver a ser la misma. Teme enfrentarse. Teme no poder hacer frente a los nuevos retos sin él. El temor la posee, pero ella no es consciente. Dibuja y esboza día y noche. Retratos en color, en blanco y negro, con acuarela, con carboncillo. Trabaja y dibuja. Sólo piensa en dibujar y cuando trabaja piensa en acabar y seguir dibujando. Seguir sola con lo único que él le dejó: el amor por el arte. Sola en su apartamento dibujando y esbozando, coloreando y pintando sin repetir ni una sola imagen. Aún no se ha dado cuenta, pero ha enloquecido, ha caído en una espiral difícil de superar, ya no actúa ni piensa, se deja llevar. Ahora ya no es ella. Ahora… no es nadie. Lo más cercano a ella recibe el nombre de máquina. ¿La diferencia? A ella no la puede desconectar nadie.
1 comentarios:
Me encantó ese final... somos personas y gracias a Dios nadie nos puede privar de nuestra imaginacion.
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