Escrito en las estrellas está. A millones años luz. Un mensaje.
Entre la humedad y el negro de las calles camina resguardando las pequeñas manos en sus bolsillos. El viento invernal azota con furia, quizás más que nunca. Camina. Camina. Camina. Sueña con algo mejor, no te lo voy a negar, la libertad ahí está. Alguien la golpea en el hombro. No tiene repuesta para tal pregunta. No sabe qué esperan de ella. Hace tiempo dejo de intentar comprender, esa actitud no merece tanta molestia. Con fuerza, escondida, aprieta la ira entre sus bolsillos. Le sujeta la cara con más fuerza de la habitual. Le duele, pero no suelta ni una lágrima. Se oye un golpe sonoro seguido de uno sordo. Las miradas ajenas pasan de largo, los oídos permanecen abiertos, las manos permanecen cerradas en los bolsillos. La levanta. La acorrala en la pared y pide explicaciones de algo que a ella le importa una mierda. Aún no se ha enterado pero con cada golpe recibido está curtiendo su espíritu. Sabiendo encajar en una y otra mejilla, aprendiendo del error del prójimo, observando cual rapaz nocturna esperando a desplegar sus alas y actuar. Sus leyes son inamovibles, pero ella sabe que tan sólo en su desolado y reducido territorio. Un día más tiene poca importancia en la meta que ha establecido. En su reino tiene la entrada vetada y para ella eso es un gran paso. Sube las escaleras sin mostrar arrepentimiento. El precio será caro pero está escrito en la estrellas, a una distancia de millones años luz, un mensaje para aquellos que sepan leer.